Cavalos como atletas de alto rendimento

Por Alejo Miranda.

Tras el partido de ayer, Cuartetera regresó rápidamente a las caballerizas de La Dolfina en Cañuelas y se ubicó en el mismo box que ocupa hace siete años durante la temporada alta. Un buen fardo de pastura de alfalfa pura lo espera para recuperar las energías tras la exigencia máxima que imprimió en los 3m38s netos que jugó en el tercer chukker de la victoria ante Pilará.

​Aldolfo Cambiaso e Dolfina Quartetera

​Aldolfo Cambiaso e Dolfina Quartetera

Al mismo tiempo, en su amplio box de Ellerstina, en General Rodríguez, Fina Pepa comienza a ponerse nerviosa. La rutina cambió, su ración de comida disminuyó y ya intuye que hoy es día de partido. Siete días pasaron desde la última vez que entró en acción y, desde entonces, siguió un estricto régimen de preparación para llegar en óptimo estado al encuentro ante La Aguada.

"La Pepa es una profesional", afirma Marcelo Sperati, veterinario de Gonzalito Pieres. Si el acondicionamiento físico de los jugadores se ha perfeccionado en los últimos años, tanto más lo ha hecho el de los caballos. "Consideramos que un caballo, como cualquier deportista de elite, debe tener una preparación. Son caballos profesionales, son atletas de alto rendimiento que dan el máximo durante una competencia."

La preparación para un partido durante el Abierto comienza, según cuenta Sperati, en el mismo momento que está jugando el partido anterior: "Evaluamos cuántos minutos juega, la intensidad del chukkker, cómo termina, cómo se recupera, si se comportó bien, si estuvo a la altura de la exigencia. Al otro día comienza una cuenta regresiva de una semana para que el caballo esté en condiciones para jugar nuevamente".

El esfuerzo a la que se somete un caballo durante un partido es extremo. "La exigencia es tremenda. El caballo normalmente se cansa, pero hay caballos que tienen tanto corazón que siguen", cuenta Santiago Buigues, veterinario de Facundo y Nicolás Pieres. "Aunque estén acalambrados o exhaustos, si el piloto le pide, el caballo sigue; es un animal muy noble. En ocasiones, los tenés que atender inmediatamente o se te van."

El primer control que se les realiza es una endoscopia para determinar si el caballo sufrió sangrado pulmonar, explica Juan Pablo Quiroga, veterinario de los montados de Adolfo Cambiaso y David Stirling. "En ese caso se les da un antiinflamatorio para bajar la presión arterial. Si sudó mucho, se lo refuerza con suero". Agrega Biugues: "La noche del partido los caballos se hidratan con soluciones de aminoácidos, electrolitos y protector hepático para recuperar lo perdido y mejorar metabolismo. Si hay alguna situación grave para resolver, se atiende ahí mismo. Si no, se lo vuelve a controlar durante las próximas 48 horas".

Los estudios más comunes son análisis de sangre rutinarios, ecografías para detectar lesiones articulares y radiologías en caso de lesiones óseas. Quiroga relata la rutina típica que sigue el caballo en la semana: "Al día siguiente del partido se lo revisa temprano y se lo hace caminar por la pista durante 20 o 25 minutos. A la tarde lo mismo y se le agrega un trote de cinco minutos. El segundo día trota entre 10 y 15 minutos, a la mañana y a la tarde. El tercer día realiza una práctica en la que cada caballo juega entre cinco minutos y cinco y medio. El cuarto día se repite lo del segundo y al quinto realiza otra práctica liviana. El día antes del partido vuelve a trotar suave y el mismo día del partido, bien temprano, se lo varea".

La alimentación varía según el metabolismo del caballo y si es macho o hembra. El alimento básico consta de pastura de alfalfa, avena y pellets. Lo normal es que coman dos veces por día: a la mañana antes de varear y luego alrededor de las 16. El día anterior al partido se les comienza a racionar la porción: "Cuanto menos tenga en el estómago a la hora de jugar, mejor", cuenta Sperati. "Si está lleno, es un lastre que le hace consumir oxígeno. Pero tener la panza vacía le puede provocar gastritis y úlceras, que son comunes en caballos deportivos. Esto le produce un círculo vicioso que hace que no se alimente bien y puede provocar stress y anorexia, afectando su rendimiento. También tiene que estar bien hidratado, ya que el calor les puede provocar depresión". 

Los estados de ánimo, como en los humanos, cumplen un papel decisivo en los equinos. "Tiene que estar en un estado de súper compensación: equilibrio mental, paz, velocidad, potencia y elasticidad", agrega Sperati. "El caballo de polo tiene cabeza especial. Si está donde está es porque ya se sobrepuso a todo".

Y como en los humanos, también varía su comportamiento si son machos o hembras: "El caballo es más rústico, rendidor y aguerrido", explica Buigues. "Se lo castiga más en los partidos y en las prácticas y requiere menos cuidado. Responden mejor a cualquier tratamiento, no se pierde tanto en la cabeza, es aguantador. El macho siempre está. En cambio, si te excedés con el entrenamiento de una yegua a lo mejor deja de comer; se ponen mimosas las gordas. Lo más difícil, no obstante, es poner en estado a un padrillo".

La preparación de un caballo para un partido sigue rigurosos métodos durante la semana; el cuidado y seguimiento son similares a los que se les realizan a los jugadores. 

Para muchos, la calidad de los caballos influye tanto como los jugadores. Se entrenan tanto como ellos, se los cuida con igual dedicación. En definitiva, es la conjunción de ambos la que producirá el resultado final. Como bien sintetiza Buigues: "Cuando el jugador está bien, el caballo está bien".

​Fonte: www.canchallena.com.ar